Cómo crear un plan contra la violencia laboral en una empresa
La violencia laboral en una empresa es una de los principales responsables del deterioro del clima en entornos de trabajo. Los conflictos personales, las conductas extremas, el trato vejatorio, la violencia verbal, la de género, las amenazas o el maltrato físico son condiciones y situaciones indeseables que pueden repercutir de muchas formas en la eficacia y en la productividad de las compañías afectadas.
Indirecta o directamente, la violencia laboral en la empresa es causa de bajas, de absentismo laboral y ayuda negativamente a proyectar una mala imagen de las firmas que puede traducir también, y en el peor de los casos, en pérdidas comerciales y de competitividad. Las empresas con historiales de violencia laboral incluso dejan de estar entre las preferencias de los trabajadores de buscan empleo.
Las direcciones de las empresas son las principales responsables de cuidar del mantenimiento del mejor clima laboral y profesional con la ayuda de protocolos que definan las situaciones violentas y ayuden a prevenirlas. Las empresas de seguridad contratadas por esas mismas firmas, como las empresas de vigilancia Madrid, pueden responsabilizarse de desarrollar una política de prácticas y de conductas de un proyecto contra la violencia en la empresa.
Medios
Un proyecto que ha de contar con un plan director de referencia, un sistema de apoyo y seguimiento y un nivel de consultas con el que escuchar lo que pasa en la empresa y actuar de manera activa en consecuencia. Vemos cada uno de esos niveles:
– Plan de seguridad. Un plan de seguridad contra la violencia en una empresa debe incluir un documento que defina claramente qué conductas son las que se clasifican como violentas en la comunidad laboral. Conductas que deberán contemplar no sólo las acciones hostiles de naturaleza física, sino también las verbales, las de género o el mobbing, el acoso laboral a los trabajadores.
El plan de seguridad ha de publicarse físicamente por escrito y difundirse entre los departamentos de la empresa y contar con una versión digital para que pueda ser incluida en los documentos de política laboral de la empresa y circule en línea, por ejemplo, a través de la intranet corporativa o los medios del correo interno. El objetivo es garantizar la mayor difusión posible.
Responsabilidad directiva
La dirección de la empresa habrá de comunicar con regularidad la existencia de estas resoluciones de orden interno para mejorar su posición de respaldo a la mejora del ambiente laboral, su decidido interés y su liderazgo en estos asuntos.
– Apoyo. Los servicios de seguridad, en su caso los que estén contratados para atender las necesidades control, vigilancia y custodia en la empresa, como los de las empresas de seguridad Madrid, deben conocer las políticas contra la violencia laboral y respaldarlas como parte de su trabajo, atendiendo a las situaciones que constituyen riesgos potenciales.
También se puede pedir a estas empresas de seguridad que elaboren informes regulares que ayuden a la dirección de la empresa a conocer la aplicación de estas políticas contra la violencia para implementar procedimientos, para evaluar conflictos latentes, efectuar cambios en las dotaciones de personal o mejorar la coordinación preventiva.
– Consultas. Una consulta regular bajo la forma de cuestionario y remitida por cada uno de los trabajadores de forma anónima permitirá conocer los riesgos que pueden alentar la violencia entre la fuerza laboral y adelantarse a situaciones complicadas.
Y, mejor aún, con esos datos se podrán adoptar cambios en función de las sugerencias de los trabajadores implicados y afectados al mismo tiempo por los brotes de violencia. Se puede valorar si esas encuestas pueden contener preguntas que permitan realizar denuncias anónimas de situaciones de riesgo que de otro modo no tendrían cauces para revelarse. Las reuniones de los grupos de trabajo pueden ser también una forma de hacer un seguimiento a los conflictos desde cada uno de los departamentos y de forma integral.
La violencia en las empresas es un problema de fondo en las relaciones profesionales, que es el resultado de una mala interacción entre las personas que forman parte de una fuerza laboral, pero también es producto de la ineficacia de muchas prácticas empresariales que han convertido un problema interno en el problema de la compañía.
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