Una empresa de servicios auxiliares que ofrece un buen servicio de limpieza sabe que los hospitales necesitan un grado de limpieza sobresaliente. La complejidad de este tipo de espacios a la hora de limpiar requiere una cualificación y una experiencia específicas que no todas las empresas tienen.

En un hospital, la mayoría de sus estancias y mobiliario están expuestos a todo tipo de patógenos y es imprescindible limpiar a conciencia cada rincón y cada elemento por pequeño que sea, como el picaporte de una puerta o el interruptor de la luz.

La norma fundamental en la limpieza de hospitales es la prevención. El principal objetivo es evitar infecciones y no propagar los posibles gérmenes, de ahí que cada zona del hospital dispone de sus propios equipos de limpieza para utilizar en exclusividad en cada área.

Aspectos importantes en la limpieza de un hospital

Los productos y las técnicas de limpieza empleadas en los hospitales son muy específicas y están pensadas para una óptima higienización. Están son algunos de los elementos más importantes para la limpieza de un hospital:

• Es muy importante cumplir con la frecuencia de limpieza estipulada
• Desaparece la limpieza en seco por paños humedecidos en soluciones de lavandina, cloro, hipoclorito de sodio y otras sustancias
• Limpiar de manera continuada superficies de alto contacto como las manillas de puertas

Evitar la contaminación cruzada en un hospital, es decir, que los elementos patógenos pasen de unas personas a otras por contacto directo con las instalaciones, es fundamental, por tanto la limpieza debe ser continua y debe desinfectarse todo el mobiliario, las puertas, paredes, suelos, techos, sistemas de ventilación, etc. Hay protocolos en los procesos de limpieza que es imprescindible seguir para evitar la contaminación del personal sanitario, pacientes y visitas.

Procesos de limpieza en un hospital

Los aspiradores normales no pueden utilizarse a la hora de limpiar el hospital, tampoco el barrido seco ni ninguna otra técnica que provoque partículas suspendidas en el aire, de ahí que la maquinaria que se utiliza ha sido diseñada especialmente para limpiar estos espacios y debe ser manejada por personal especializado.

Limpieza en mojado

Para la limpieza en mojado es imprescindible utilizar un sistema de doble cubo. En uno se dispone de una solución de agua fría con jabón o detergente y en el otro cubo se dispone de una solución de lejía que debe utilizarse de inmediato y luego desecharse de manera correcta. El agua siempre debe ser fría y una vez efectuada la limpieza se deja actuar el producto desinfectante utilizado durante al menos 15 minutos.

Después de la limpieza en mojado es imprescindible el secado manual. Esto se hace para evitar restos húmedos y encharcamientos en las instalaciones, ya que el agua es un medio donde proliferan los microorganismos.

En cuanto a la eliminación de la materia orgánica se debe hacer respondiendo a un protocolo concreto y en base a unas normas muy estrictas. Vaciar las papeleras y los contenedores con potencial riesgo biológico se debe hacer de manera programada y siguiendo unos pasos estipulados como pueden ser la esterilización de ciertos elementos con productos específicos.

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